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'Yo escribo para enterarme de las cosas'

miércoles, mayo 03, 2006

Aizun y el Sueño de olor bergamota


Toc toc toc.

No me contesta. Insisto.

Toc toc toc.

La puerta se abre sólo una rendija, pero me basta para ver de nuevo a Aizun. Saca su cabeza rubia, se soprende. Pero sonríe y me invita a pasar. Normalmente había sido él quien venía y me echaba broncas, o me daba palmaditas en la espalda, pero esta vez vengo con la espada desenvainada. Y la armadura abollada. Por suerte no se acordará del lugar exacto por donde se empieza a desarmar.

- Vale que me abandones, que me dejes la vida a la mitad y el asiento vacío... pero no me esperaba que pasara esto.

Me mira perplejo, no comprende. Incluso le cuesta sostenerme la mirada. Hablando claro, está hecho unos zorros.Y lo peor: se le nota. Me replica. Sin reproches, cómo no. Pero replica:

- Sabes que voy a volver. Y que de vez en cuando aparezco (¿no te das cuenta? en las coincidencias) ... y que no puedo volver a sentarme hasta que encaje de nuevo en el asiento...

Duda.

- ... pero de verdad que no sé de qué me hablas.

Esto ya es demasiado. Claro que lo sabe. Tiene que saberlo. ¿No lo sabe?

- Estás dejando que me roben el sueño.

Por su reacción deduzco que no lo sabía. Se sienta en la silla, lentamente. Se tapa la cara y me mira. Ahora me doy cuenta que estas cosas no se le pueden soltar así como así. No lo recordaba tan sensible.

- No puede ser. Es nuestro.

- Eso pensaba yo.

Se levanta de su silla y coje la que hay en la esquina, llena de telarañas, y las arrastra hasta donde yo estoy. Cuando me siento, Aizun desliza su dedo por la grieta de mi armadura, justo en el centro de la espalda - sí, se acordaba. Por mucho tiempo que pase, la grieta sigue estando en el mismo sitio, lo mismo que el olor a bergamota sigue acompañando a Aizun.

Tras un rato de silencio, aunque aún no hemos decidido qué hacer con el sueño, respiro profundamente. Este lugar relaja.

- ¿Me puedo quedar un rato? Me gusta cómo huele aquí. Ya me estaba olvidando del olor.

Aizun sonríe. No quiere volver a dejar que me roben nada.

- Todo el tiempo que quieras. Y cuando te vayas a ir avisa. A mí se me está olvidando cómo es aquel asiento.

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