Revival

Niñatas que se hacen las borrachas en el transporte público, tirándose por el suelo y gritando lindezas como tía me estoy meando a tope o me comprao un sujetador nuevo que me apreta mazo, y que me recordaron a ciertas situaciones vividas hace años en las que yo observaba con vergüenza ajena y a unos tres metros de distancia (física y psicológica).

Conocer al novio del único amigo de esa época al que recuerdas con cierto cariño y con el que puedes hablar sin evitar mencionar ciertos momentos, y explicarle entre risas al susodicho novio el día en que ese amigo te arrastró por todo el instituto por los pies.

Cruzarte con el mítico Matas y que el antiguo punko y anarquista declarado te salude como si hubierais sido los mejores compañeros del mundo, y darte cuenta que ahora lo que le va es ser hip-hopero.

Y eso sólo en las tres calles que separan mi casa de la estación.