Breve introducción al mundo de las aplomiotas

Hola, me llamo Aizun y soy una aplomiota.

Ser una aplomiota no es una tarea fácil: requiere un dominio perfecto de las conversaciones basadas en frases míticas e inconexas, pero con un significado profundo. El dominio de esta complicada forma de comunicación nos permite identificarnos entre nosotras. Ejemplo:

- ¿Cómo estás hoy?

- No sé, hoy no controla la enerrrgíaaaa nucleearrrr.

- Sí, es como cuando ... eeeehhhmmmfff, y luego el otro uuummmmfffssss, ¿me entiendes?

- Aaaaah, vale... pero tú no te preocupes, porque eres la super pro suprema y we love you.

- Each morning I get up with the suuuuuuuuun ... I love you too.

- Las aventuras de Polla y Pollo y Pato on the road again ... porque es tan simétrico (y yo lo valgo). Esto no nos pasará en ingeans.

Un hecho inherente a las aplomiotas es que siempre siempre siempre tienen la necesidad humana de hacer reír a otra aplomiota cuando:

a). Se estan comiendo un bocadillo

b). La aplomiota en cuestión está bebiendo agua o cualquier otro líquido potable

c). La situación es aquella en la que por nada del mundo deberías reírte

Además, les resulta imposible hacer evidente aquello de lo que todos se dan cuenta pero nadie (sólo otra aplomiota) se atreve a hablar. Ejemplos:

- Un día este tío (¡putrefacción) nos prende fuego

- Es del palo: fundo una escuela y le pongo mi nombre

- En mi país no hay palomas

- Los góticos, en carnaval, ¿se visten normal?

- Francisco Mocho Morcillo

Una aplomiota nunca se enfada porque le digan "me recuerdas a mi abuela Juanita", por el cachondeo general sobre su forma de cantar/bailar/reírse o porque le recuerden lo ridícula que es su expresión en cierta foto.

El aplomiotismo es un arte en sí mismo, y aunque puede ser congénito, uno puede acabar siendo un perfecto aplomiota después de un arduo aprendizaje donde se deja atrás la vergüenza y la contención mental, pero que da paso a este estado que marca toda una forma de vida. Tú también puedes conseguirlo.

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A las aplomiotas originales. I love you too (aunque aún os debo el post de las conversaciones, pero creo que este lo compensa)

Hilo musical

Gracias al señor Bito ahora podeis tener ambientación musical en mi blog. Sólo teneis que darle al play en ese reproductor de la derecha, justo encima del contador. A veces va un poco a trompicones, pero es mejor que nada, ¿no?

kaaaze wooo atsumeteeeeee ... me pregunto qué querrá decir...

Otoño

Otoño, otoño...
Poder resguardarte del frío dentro de un jersey no demasiado grueso ni demasiado fino, dentro de una música que te encanta; el aire se vuelve de color naranja y es la oportunidad, después del aislamiento del calor estival, de recordar por qué echabas de menos a los que añorabas en esos días de pegajosidad y sofocos.

Otoño. Época perfecta para resurgir de las depresiones, para gritar y decir lo que quieras aferrándote al mal tiempo; tiempo de castañas, de olor a frío por las amñanas y cafés con leche, de melodías azul eléctrico bajo la somnolencia de una manta con la que te tapas hasta la cabeza.

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Para Banderilla: en realidad es lo mismo, pero del otro lado.

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Cada loco con su tema

Santori Time

Un momento de relax ... es un momento Santori

Aquí tienes las chapas, Ismurg :)

Baile y Jadeo (El juego de Bito)

Las palabras no salen. Les cuesta salir y se quedan dentro de su propio territorio, con ese baile burlón y groovy que cabrea y hace gracia a la vez.

Se forman a su ritmo, danzando y bailando sin parar detrás de tus ojos, y disfrutas de cada paso de ese baile porque, cuanto más bailan, cuanto más se recreen, más genuinas serán al salir.

Durante todo el tiempo que dura el baile no puedes casi ni respirar, piensas y te mueves a la vez que esas ideas flotantes, que se toman su tiempo y condicionan todos tus latidos.

Y finalmente se escapan, con un jadeo que te deja exhausto, vacío, para empezar a bailar frente a los ojos de otras personas, introduciéndose en sus mentes para danzar un rato ahí dentro y dejar esa huella que en realidad es tuya, porque el coreógrafo eres tú.