T entra en el despacho con movimientos rápidos, se sienta en la silla delante del escritorio y sonríe. Está inquieto, como siempre.
- Gracias por venir, T...- empieza el jefe. Habla lentamente, arrastrando las palabras, y sostiene un sobre en sus manos, que se mueven al ritmo de su discurso- ... como bien sabes, hace cierto tiempo que colaboras en mi "causa", por así decirlo, y aunque tu trabajo no es muy espectacular, nos resulta imprescindible. Pero no sé, T... últimamente tengo un problema contigo...
La sonrisa de T se desvanece al instante, cruza las piernas, las descruza. Se echa hacia delante en su silla y frunce el ceño:
- Sí, pero... ¿quiere decir que usted y yo tenemos el problema, que compartimos un problema, o que yo soy el problema?
El rostro del jefe está muy serio. Respira hondo y entrega el sobre a T. Dentro hay unos billetes de avión a (.........):
- Podrás reflexionar sobre el tema mientras te trasladas.
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Cuando T entra en el lugar, B está donde siempre, en la mesa del fondo. Él llega a paso ligero y se sienta, sin saludarla:
- ¿Cuando alguien te dice tengo un problema contigo, tú que entiendes?
B reflexiona unos instantes.
- Pues... mmmm ... ¿que he hecho algo que está mal? ... ¿Que voy a tener problemas?
- ¡Mierda!... - T baja su mirada hacia la mesa y dice lentamente - ¿y si te dicen que lo pienses mientras te trasladas a (........)?